Un himno a la libertad que se lo canta desde hace 148 años
La figura de cera de Juan León Mera Martínez posa en la casa-museo en el barrio Atocha, contiguo al río Ambato. Está junto a páginas con la letra del Himno Nacional que este personaje compuso la noche del 26 de noviembre de 1865, a pedido del Senado de la época, y que se cantó por primera vez el 10 de agosto de 1866 en la Plaza de la Independencia en Quito.Betty Miño, guía-administradora de la casa-museo Juan León Mera, expresa que el escritor quiso plasmar un pensamiento de libertad y hablar de lo atropellante que fue la dominación española en contra de nuestras culturas aborígenes.
Agrega que uno de los inconvenientes que Mera tuvo por la letra fue con el embajador español Manuel Llorente Vásquez, quien le pidió que la cambie por considerarla una ofensa para España, pero Mera le habría contestado que no “porque no es una letra de cambio”.
Sin embargo, dice, las presiones políticas fueron tan fuertes que la primera estrofa no se canta. “Ya no es el momento que las presiones políticas puedan acallar el pensamiento de un ilustre ecuatoriano, es el momento más bien de reivindicar su nombre y su legado cultural”, indica.
La directora de Cultura del Municipio de Ambato, Silvia Pachano, define a la obra como “un bello poema épico-poético que describe las gestas heroicas de nuestro pueblo” y considera que deberían cantarse todas las estrofas.
Para el historiador Pedro Reino, los himnos de América Latina están desactualizados frente a las relaciones con España y cree que conviene revisar el pensamiento contemporáneo a la distancia de los tiempos. Apunta que si somos un poco más creativos o más irreverentes, se debería romper ese esquema, “tener el Himno Nacional como un símbolo, sí, intangible, inamovible de circunstancia histórica, pero deberíamos cantar de acuerdo a una circunstancia especial, para eso hay otros cantos”, menciona.
El jurista Ángel Polibio Chaves indica que el Himno refleja también un sentimiento patriótico muy intenso en una época muy especial de la historia del país, porque cuando se lo escribió había intentos de algunas personas que, por cuestiones políticas, pretendían que el Ecuador vuelva al dominio de la corona española y por esa razón hay expresiones duras contra España.
Manifiesta que si bien la letra no refleja la situación actual con España, no por ello deja de tener un gran valor, porque ahora se exagera cuando se habla de una segunda independencia, que se debería vivir todo el tiempo con la aspiración de independizar a los ecuatorianos de aquello que todavía pesa, como la pobreza extrema, la ignorancia, la falta de atención a la salud y de condiciones de vida adecuadas.
Reino agrega que “estamos nosotros condenados a cantar una instancia histórica superada, porque los himnos son inamovibles”, al asegurar que, por ejemplo, en los actos protocolarios en la Universidad Técnica (de Ambato) hay 40 o 30 españoles que vienen a dictar cursos en universidades y primero ponen el Himno Nacional. “Ellos dicen, pero por qué nos ponen primero ofensa al monstruo sangriento”.
Dice que más bien se debería cantar algo que hable de la integridad latinoamericana, “de la integridad nuestra, de otras cosas que sean más en positivo, antes que ser anacrónicos. Puede sonar a una herejía lo que estoy diciendo, pero Latinoamérica definitivamente tiene que sacudirse de los esquemas mentales”.